EL PROTOCOLO DE LA PICASA Por Eduardo Juan Salleras, 22 de febrero de 2018

miércoles, 28 de febrero de 2018

Inundaciones

   El 8 de noviembre pasado, se llevó a cabo la audiencia pública en la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) sobre el tema llamado: “Inundaciones de la laguna La Picasa”. Mal denominado así, porque la laguna propiamente dicha, no tiene nada que ver con el volumen de agua en cuestión.

   Esa audiencia pública, la que fue transmitida en directo en toda la región y seguida atentamente por los ciudadanos, produjo una gran ilusión en la gente, pensando siempre, que la participación del máximo tribunal de la Nación resolvería por fin el problema.

   Los tiempos de la Corte pueden diferir muchas veces con los que pretenden los ciudadanos, en especial en un tema técnico-político, porque uno de los escollos difíciles a resolver es ¿cómo desenredar los contubernios disimulados de entre bambalinas, de los actores provinciales y regionales, tanto protagónicos como de reparto?

   ¿Cómo hace la corte Suprema de Justicia para resolver un problema que a los políticos no les interesa solucionar? Y cuando hablo de políticos, incluyo a dirigentes regionales que actúan como tales, desde inoperantes instituciones o desde el susurro incapaz de hacerse público.

   Y como pasó antes, Dios resolvió momentáneamente la cuestión con esta sequía estival que vivimos hoy y que lleva tres meses.

   Se evaporó el agua en superficie en una zona amplia, bajaron las napas y los hilos conductores están secos.

   Este es el tiempo de tomar decisiones, el momento para que la CSJN actúe, cuando el agua no angustia demasiado, cuando los ánimos están más calmados, y cuando el terreno lo permite.

   Sobre el tema y para empezar: ¿Qué es ley (natural)? ¿Qué es justo? Y ¿cómo se aplica el sentido común? Con estas tres preguntas eludimos los enredos burocráticos que nos someten al desastre hace 20 años, y la justicia puede resolver sin entrar en las complejidades de la política.

   En diciembre pasado, me entrevisté personalmente con el Secretario de la CSJN a cargo del problema: el Dr. José María Irigaray, y hablamos por el lapso de una hora sobre temas finos del conflicto, pero principalmente de algo que nadie tiene en cuenta: ¿Cuál es el límite de la inundación? ¿A partir de qué nivel todo lo que entra debería salir por sí solo? Si no se sabe éste punto fundamental: ¿a dónde debe hacerse la nueva ruta nacional Nº 7?, ¿a qué altura deben hacerse las defensas de Aarón Castellanos?, ¿qué caminos rurales merecen ser arreglados y cuáles deben ser condenados a desaparecer?, ¿cuáles tierras son productivas y cuáles tienen que ser sentenciadas a morir económicamente…? De allí surgió la necesidad de presentar un nuevo escrito que deje documentado lo expuesto por mí en aquella reunión, y así lo hice en los primeros días de febrero.

   Resumiendo la última presentación, considero que la CSJN debe llamar a las  provincias involucradas y a la Nación, a firmar un protocolo de entendimiento partiendo de la base de 3 parámetros fundamentales:

   1º) “PONER UN LÍMITE” a la retención de agua, restituyendo a la zona de La Picasa su cota máxima original y natural, la 105.2 IGM, tal cual lo pide la Provincia de BA en su demanda contra Santa Fe: “restituir a cotas originales…” pero esas curvas de nivel naturales según el Instituto Geográfico Militar (IGM) deberían ser restauradas en toda la zona de la “Llamada Cuenca de La Picasa”. Estoy hablando de la Ley Natural.  

   2º) Utilizar el Criterio de Proporcionalidad para el manejo de los excedentes. Diciéndolo fácil y claro, lo que retiene Santa Fe, deben retener Buenos Aires y Córdoba. En el 2017 en la zona de Aarón Castellanos se acumularon algo más de 1300 hectómetros3 (la laguna La Picasa originalmente tenía 50 hectómetros3), debido a que se encuen

tra elevada por la acción del hombre (curiosamente, por los técnicos santafecinos) la cota máxima natural de desborde en 1.5 metros aproximadamente. Si volvemos a la 105.2 original bajarían esos excedentes hídricos acumulados a menos de 1000 hectómetros3, y a partir de allí, y con la proporcionalidad, todo lo que entra debe salir, tal cual recomendó el Ing. Alemán Caspar Linder en el año 2003:“determinen una cota para la laguna y luego todo lo que entra, sale…” De esta forma las 3 provincias estarían preocupadas del mismo tema: la retención indebida de los excedentes hídricos, porque la padecerían por igual. ESTO ES JUSTO. Para el manejo ocasional de los excedentes hídricos, en la curva máxima de nivel (105.2 IGM), debe construirse un sistema de compuertas que permita disminuir su límite de retención y de la misma forma lo haría proporcionalmente cada provincia, en la medida que la situación lo permita, hasta llegar a la histórica cota IGM de 98.5 de laguna La Picasa.

   3º) Siempre se recomienda en estos casos utilizar el Criterio de Unidad Conceptual, esto quiere decir que debe haber una sola entidad que maneje el todo, que decida cuando abrir y cuando cerrar, cuanto derivar y cuanto retener, desde dónde comienza el problema hasta dónde debería terminar. ESTO ES SENTIDO COMÚN. Existe un divorcio “técnico” y político, no sólo entre las provincias involucradas sino también con la Secretaría de Recursos Hídricos de la Nación (la que en todo este tiempo aportó poco), y de esta forma, con la Unidad Conceptual, quedaría resuelto, acabándose las escusas. Por ejemplo: Desde hace tres meses, por la Cañada de Las Horquetas y por el Río Salado, se pueden evacuar importantes volúmenes de agua retenidos en Santa Fe; viéndose secos sus cauces, se niega de manera caprichosa y egoísta, el uso de esta alternativa, algo que naturalmente debería ser así.

   Hay más cosas en el escrito, pero estos tres puntos son fundamentales:

   1º Ponerle un límite a la inundación, restituyendo las curvas de niveles originales y naturales...

   2º Utilizar el Criterio de Proporcionalidadhaciendo justicia en el reparto de los excedentes hídricos…

   3º  Utilizar el Criterio de Unidad Conceptual tan sólo por sentido común…

… y creo que la Corte Suprema de Justicia de la Nación debe contribuir a la solución urgente, porque éste es el momento, y llamar a las partes a firmar un protocolo a cumplir, a raja tabla, sin egoísmos y asociados, como debió haber sido siempre y nunca fue.

   La ciudadanía está esperando esa respuesta.

 

   Resalto, que en dicho escrito le ofrezco gratuitamente a la Corte y al país, toda la documentación sobre el proyecto de multipropósito de salida al Paraná navegable (año 2003) de los excedentes hídricos de la Llamada Cuenca de La Picasa. Un trabajo excepcional a partir de la idea inicial del Ing. Dante Seta, de la participación fundamental del experimentado Dr. Ing. Alemán Cáspar Linder del Servicio de Expertos Señior de Alemania a través de su visita a la Argentina para estudiar la viabilidad del mismo, invitado por la Comuna de Aarón Castellanos,  y el importante trabajo del Ing. Carlos Calvi (incluyendo el relevamiento de campo). 

 

 

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La Picaza

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